sábado, 30 de junio de 2012

BALLET RUSO ROSTOV


No cabe duda que vivo en una ciudad culta. En realidad vivo en un ayuntamiento anexo, pero que está solo a 8 kilómetros de A Coruña. Tenemos Orquesta Sinfónica con concierto semanal  durante la temporada, Un mes de Ópera y recitales líricos en el que hay un mínimo de seis y el Festival Mozart, que se  desarrolla, una vez terminado el período orquesta, es decir durante Mayo y Junio.

Esto está dentro de lo habitual, pero en lo esporádico rara es la semana que en alguno de los grandes teatros, el Palacio de la Ópera, sede de la orquesta, el Colón y el Rosalía de Castro no se programen otras actividades, y no solamente dentro de la llamada música culta, sino también la más ligera, que no tiene por qué no ser culta igualmente. Si miró hacia atrás un mes, recuerdo programado a Raphael, Miguel Ríos o el dúo formado por la pianista Cristina Pato con la cantante y violoncelista  Rosa Cedrón  y si miro hacia delante están ya anunciados, Luis Eduardo Aute, Bustamante o la comedia musical “Hoy no me puedo levantar” con música de Meccano.

Y no voy a hablar de representaciones teatrales, tanto en castellano como en gallego, porque en ese caso este post se reduciría a una cartelera.

Quiero escribir sobre el Ballet Estatal Ruso de Rostov, que estuvo durante este fin de semana en el Teatro Colón llenando sus cerca de mil localidades, el sábado con “Cascanueces” y el domingo con “El lago de los cisnes”, ambas con música grabada, pero perfectamente ejecutada y  reproducida  de Tchaikovsky y con las clásicas coreografías de toda la vida, es decir de Lev Ivanov y de Petipa, respectivamente.

Fueron dos jornadas que casi se podían definir como de final de vacaciones, pues a pesar de estar programadas en horario de tarde, pude observar un numeroso público infantil, especialmente niñas de diez a doce años, quizá alumnas de alguna de las escuelas de danza que hay en la ciudad e incluso de la que existe en mi pequeño y veraniego pueblo de Oleiros.

“Cascanueces” , es, en realidad, un cuento infantil que los niños pueden comprender bien a poco de que se les explique o que lean en el programa, de mano su argumento ya que incluso está inspirado en  “Cascanueces y el rey de los ratones” de Hoffman y además se desarrolla en  Nochebuena, así que nada más propio para estos pasados días. La compañía, formada por ocho bailarines estrellas y un cuerpo de baile de más de 40 danzarines, todos perfectamente conjuntados, hizo un gran alarde con la corrección propia de los ballets clásicos rusos que, quizá de tanta perfección, pueden considerarse un poco fríos, aunque esto es una opinión personal, pues no llegan a ese neoclasicismo más libre surgido a partir de Maurice Bejart  o de Roland Petit y que en nuestro tiempo mantienen, entre otros, Nacho Duato o Julio Bocca. Me gustó toda la puesta en escena y los pequeños, y también nosotros los mayores, gozamos de manera especial cuando, después de la entrada del Hada Pan de Azucar, el rey de los ratones y Clara con su príncipe, se representan, sucesivamente, y a manera de una fiesta, una serie de danzas como la árabe, la de las muñecas rusas, la de las muñecas chinas, la de las muñecas francesas y una española que nos llegó más profundamente.

Y en la noche del domingo, la perfección total fue con “El lago de los cisnes”, con su príncipe Sigfrido y su amada Odette, su bufón,  sus damas de corte y, sobre todo las danzas que ejecutan las bellísimas doncellas cisne, nada menos que 24, todas ellas de blanco y vestidas con el clásico tu-tú. Entre las que destaca, sobre todo, el paso a cuatro. Otro cuento de hadas en el que al final, después de desecho un sortilegio, los cisnes se convierten en muchachas para siempre y los dos amantes se encaminan hacia una terrena felicidad.

No voy a citar nombres porque se trata de un ballet joven, pero experimentado ya que aunque el Teatro Roskov procede de 1930, esta compañía se formó en 2000 dirigida por el veterano Alexei Fadeecheví. 


4 comentarios:

BB dijo...

Me encanta verte de nuevo aquí, como diríamos. en tu Alma Mater...
Aquí te conocí y me aficioné a leer tu siempre amena palabra.
A Coruña se da el lujo de ser el centro de una actividad cultural que envidiarían en cualquier parte.
Me imagino el éxito obtenido por el Ballet Ruso y el Cascanueces, que siempre encanta a chicos y grandes.
No quiero extenderme, solo darte la bienvenida al blog, que tenías algo abandonado. Se te echaba de menos...
Un abrazo.

Las cosas de Albino dijo...

Grancias BB por tus palabras y por ser la primera que me visita en esta nueva etapa que estoy empezando. Cierto que el ballet ruso es genial, sobre todo el cláscio con las grandes coregrafias de petipa o de Massine.

matrioska_verde dijo...

me alegro de saludarte, albino.

veo que sigues disfrutando de la vida.

biquiños y feliz verano.

Las cosas de Albino dijo...

Aldabra, sigo viviendo, que no es poco y afortunadamente con buena salud física y mental. Escribo bastante en el facebook y en twiter, pero retomé el blog para textos más largos.
Un verano feliz y motorizado